Tipos de docentes

En el apartado anterior hemos ido viendo la importancia del docente como pilar fundamental dentro del aula, de su presencia como figura de líder y el hecho de que según el estilo docente se puede manejar más o menos el aula. 
 
En relación a esto algunos autores (Torrego y Fernández, 2006) comentan que nadie cuestiona el hecho de que el docente deba ser el líder del aula, ya que él es quien lleva el ritmo del aula, organiza los contenidos, supervisa, controla, etc. Sin embargo, lo que sí se cuestiona es el tipo de docente que se debe ser para controlar mejor el aula. Cierto es que cada docente es único, con sus propias metodologías, principios, etc. y no se puede demostrar que un estilo docente sea mejor que otro, sin embargo encontramos estilos de comunicación e interacción que obtienen resultados diferenciados y es importante destacarlos.
 
Torrego y Fernández (2006) destacan los estudios realizados por los profesores Brekelman, Levy y Rodríguez (1993) sobre los estilos de interacción, en estos estudios tratan de analizar el comportamiento docente realizando una clasificación en torno a los parámetros de proximidad (relación interpersonal con los alumnos) e influencia (quién y cómo controla la comunicación del aula).
 
De estos estudios surgieron ocho estilos de interacción docente-alumno, tal y como apuntan Torrego y Fernández:
Tabla 6: Estilos docentes (Fuente: Torrego y Fernández, 2006)
 
 
El estilo docente adoptado tiene repercusiones en el aprendizaje de los alumnos, debemos tener en cuenta que un docente no ejerce un único modelo de los que hemos visto anteriormente, sino que irá poniendo en práctica diferentes estilos según la situación a la que se enfrenta, pero no debemos olvidar que sigamos el modelo que sigamos tendrá unas consecuencias sobre los alumnos. 
 
Como hemos dicho anteriormente no podemos confirmar que un modelo sea mejor que otro, pero lo que si podemos observar son los resultados de la aplicación de cada uno. 
 
Según Torrego y Fernández al hablar de las diferencias de los estilos docentes apuntan que: 
 
"El profesor represivo confunde la agresión con dominación, por el contrario los tres  primeros modelos que se centran en un alto dominio y baja oposición al alumnado  generan ambientes de aprendizaje mucho más productivos y satisfactorios. 
 
La cualidad que más valoran los alumnos en un profesor es el nivel de proximidad y no tanto el  de dominio. Sin embargo, los profesores son percibidos por los alumnados como  dominantes y cooperadores a la vez. Por lo que el buen profesor se basa en una mezcla  de cooperador con dominio. Por el contrario, los peores profesores son aquellos que se  engloban dentro de las categorías, represivo, inseguro-tolerante y agresivo-inseguro. El  primero por ser tremendamente estricto y duro y los dos últimos, que a menudo se  asociaba a profesores recién entrados en la profesión, debido a la dificultad de aprender  en una clase donde predomina el desorden" (Torrego y Fernández, 2006).